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La deforestación, un problema con la “connivencia” de algunos gobiernos

Por Lourdes Uquillas, EFEverde

La deforestación es uno de los mayores problemas actuales por la destrucción de biodiversidad, en muchos casos a manos de multinacionales de Europa, Canadá, o China que se dedican a actividades extractivas con la “connivencia” de algunos gobiernos, denuncia la representante de la organización Global Forest Coalition (GFC), Isis K. Álvarez.

“Hay una irrupción de multinacionales que se dedican a las actividades extractivas y de agroindustria de Canadá, Europa, China”, entre otros países, que “no cumplen con los estándares de impacto ambiental, que ya de por sí son bajos en el continente”, explicó Álvarez en entrevista a EFE en Nairobi durante la celebración de la IV Asamblea de Medio Ambiente de la ONU (#UNEA4).

Defensa de los derechos de los pueblos que viven de los bosques

GFC es una coalición de oenegés internacionales y organizaciones de pueblos indígenas que trabaja en defensa de la justicia social y en la elaboración de políticas que defienden los derechos de los pueblos que viven del bosque.

La ong trabaja en proyectos y programas que “a la vez” monitorean las políticas y proyectos internacionales y cómo éstos influyen en la vida de los pueblos cuya supervivencia depende de los bosques, explicó Álvarez.

Y es que los datos son muy reveladores, unos 129 millones de hectáreas de bosques se destruyeron en el mundo entre 1990 y 2015, según datos de la FAO, sobre todo para actividades agrícolas, ilegales o insostenibles que contribuyeron igualmente a su degradación.

Una “gran amenaza”

Según Álvarez, Senior Gender Advisor and Unsustainable Livestock Campaign Coordinator en GFC, en Latinoamérica hay una “gran amenaza con el acuerdo económico de Europa con el Mercosur”, en el que Uruguay, Paraguay, Argentina y Brasil, se convertirían en las “principales fuentes de abastecimiento de la Unión Europea y de otros bloques económicos mundiales, sobre todo de soja y carne”.

Pero no es el único bloque económico interesado, “al parecer, también lo están Rusia y China, entre otros países”, según la representante de GFC.

“Esto supondrá mayor deforestación en la región para “potenciar los cultivos agroindustriales” y el desplazamiento de los pueblos, según Álvarez.

En el caso de Bolivia, “el Gobierno (del presidente Evo Morales) ha permitido que las empresas chinas entren con todo y la devastación por deforestación en el país es bestial”. El Gobierno del presidente Evo Morales, “les ha dado vía libre, según datos de las organizaciones locales de Global Forest Coalition (GFC)”.

Greenpeace ha alertado que la deforestación en la Amazonía ronda actualmente el 18 % y varias investigaciones alertan de que podría llegar al 20-25 % en los próximos años.

Solo en la Amazonía brasileña, se registró un aumento del 13,7 % entre agosto de 2017 y julio de 2018, meses en los que se deforestaron 7.900 kilómetros cuadrados, según datos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales, que utiliza imágenes de satélite para la vigilancia de sus bosques.

La deforestación se quedó fuera de las resoluciones de UNEA4

Sin embargo, aseguró Álvarez la UNEA4 celebrada en los primeros días de marzo, “ha sido un desastre total en el tema de deforestación. Había buenas intenciones en sacar adelante resoluciones que se habían propuesto, pero fueron retiradas porque no se llegó a un acuerdo”.

Se retiraron las resoluciones sobre deforestación y cadenas de valor en materias primas por agricultura y la de geoingeniería de las mesas de negociaciones, aseguro Álvarez.

Las expectativas de la reunión eran “altas”, según la representante de GFC, porque “ahora mismo la situación es crítica, porque las políticas que se sacan como solución para la deforestación son las mismas que hacen que se agrave la situación”.

De un par de años para acá la tasa de deforestación a nivel mundial “se ha disparado, en Brasil, Colombia, Indonesia o el este de Europa” y la situación es “terrible”, sostuvo, y añadió la experta, que “se debe” principalmente a la expansión de la agroindustria, la ganadería, cultivo de soja para la ganadería y los monocultivos.

Monocultivos y bioenergía

Monocultivos para “satisfacer la bioenergía o energía limpia, que se hace a base de madera y otros cultivos. Pero quieren hacer una transición energética desde los combustibles fósiles a una más limpia con una demanda exagerada con los bosques”.
“No se puede abordar un tema de cambio climático y deforestación con más deforestación”, aseveró Álvarez.

El problema, además es que muchas de esas actividades de deforestación para los biocombustibles “se realiza con fondos, subsidios o incentivos de los mismos gobiernos que luchan contra el cambio climático o instituciones internacionales”.

En Paraguay, por ejemplo, uno de los países “más pobres y con más deforestación, se ha utilizado dinero del Fondo Verde para el Clima para impulsar monocultivos para la industria de la bioenergía, que alimenta la agroindustria”.

Es un “círculo vicioso, porque las políticas que quieren abordar genuinamente la deforestación son muy escasas”.

“De acuerdo a la experiencia de trabajo que “hemos tenido con las organizaciones miembros de Global Forest Coalition locales, las políticas de trabajo efectivas contra la deforestación son más a nivel local, y muchas de esas iniciativas se llevan a cabo a nivel comunitario”.

“Son tendencias totalmente opuestas. Cada vez “hay menos reconocimiento de territorios de pueblos y comunidades locales, y no hay un claro derecho a la posesión del territorio de esas personas. Eso hace muy difícil proteger su entorno”, señaló Álvarez.

La tendencia va a peor

“En el caso de Brasil, “muchos indígenas están siendo desplazados de sus territorios”, según la experta, quien señaló que en Latinoamérica en general, “la tendencia va a peor por la entrada de la extrema derecha, que afecta mucho a las comunidades locales”.

Es una “tragedia, poco se puede hacer porque sus tácticas son muy violentas, de militarización, de represión, de exterminación, por eso es que hay tantos líderes locales asesinados”.

En la UNEA4 “se trató de hacer un llamado por la defensa de los defensores y líderes locales, de los derechos humanos y ambientales. Pero ni siquiera esta referencia pudo ser aceptada y defendida limpiamente. Hubo una lucha grandísima para poder reconocerla”.

En la resolución de género “propuesta por Costa Rica había un párrafo que subrayaba la necesidad de proteger a los defensores de derechos humanos y ambientales”, porque las cifras se “están disparando desde la entrada de los gobiernos de derecha, y nadie hace nada”.

En 2017, murieron asesinados 207 defensores de derechos humanos asesinados, una cifra récord, el 60 % en Latinoamérica”, según datos de la viceministra de Asuntos Exteriores de Costa Rica, Lorena Aguilar, que intervino en las mesas sobre temas de mujeres en UNEA4.

En Colombia, “se asesinan uno o dos líderes sociales a diario. Sin embargo, el Gobierno “dice que son líos de faldas… Ni siquiera hay la sensatez de reconocer a las personas que luchan por iniciativas en defensa del planeta o por iniciativas que protegen los derechos fundamentales de las personas”.

“La situación se ha agravado además en Colombia tras la firma de los tratados de paz que pusieron fin a más de cincuenta años de guerra civil en el país, según Álvarez, porque “se acabó el conflicto y empezó una limpieza social, por decirlo así, más áun con la entrada del nuevo gobierno, que es rama del ex presidente Álvaro Uribe, que fue uno de los promotores de las fuerzas paramilitares, que provocó el agravamiento del conflicto a principios de siglo”.

“Con la entrada de ese gobierno “que tiene una filosofía guerrerista. La situación ya estaba mal después de los acuerdos de paz, y ahora estas fuerzas tienen vía libre para recuperarse y empezar a hacer otro tipo de limpieza con la gente que se opone a proyectos extractivos o con las personas que están involucradas en la restitución de tierras, que es un segmento importante de los acuerdos de paz”.

La devolución de las tierras a los desplazados por el conflicto en Colombia “está contemplada en los acuerdos de paz, pero muchos de esos territorios han sido colonizados por grandes ganaderos, por cultivos de palma de aceite, entre otros”.

Cuando los “legítimos poseedores de esas tierras reclaman sus tierras son asesinados, es un proceso que se lleva dando desde hace un tiempo”, aseveró Álvarez, y añadió “al punto que el Centro de Memoria Histórica, encargado de mantener todo lo que ha sucedido con el conflicto están empezando a borrar archivos, sustituyeron al director, y ahora mismo lo dirige una persona que ha estado involucrada en la violación de derechos humanos”.

“En un panorama como este, es imposible que los pueblos indígenas y locales puedan superar la situación”.

La UNEA4 “ha sido un desastre total” para la sociedad civil, esta edición “no ha sido positiva”, y “los espacios para que nosotros pudiéramos intervenir fueron bastante escasos”, concluyó la representante de GFC. EFEverde

1 abr., 2019
Posted in GFC in the news