En el Día Internacional de las Mujeres Rurales celebramos la lucha por la justicia de género liderada por mujeres
El 15 de octubre marca el Día Internacional de la Mujeres Rurales, y hoy junto con ocho de nuestros grupos miembros, celebramos el papel y las invaluables contribuciones de mujeres y niñas de todo el mundo protegiendo los bosques y la biodiversidad, produciendo alimentos saludables y sostenibles, así como manteniendo a sus familias y comunidades.
Sin embargo, las mujeres rurales aún se encuentran entre los grupos más vulnerables y marginales, lo que demuestra que queda mucho trabajo por hacer en la lucha por la igualdad de género. Como muestran nuestros grupos miembros, las mujeres se están auto-organizando para superar estos desafíos, para exigir sus derechos y para cerrar la brecha de género. Al mismo tiempo, contribuyen al bienestar de sus comunidades y de los ecosistemas de los que dependen, así como del planeta en general.
Las fotografías y descripciones que presentamos a continuación constituyen un pequeño resumen del inspirador trabajo que nuestros grupos miembros han estado liderando a través del programa Women2030. Durante los últimos cinco años, Women2030 ha trabajado con grupos socios de todo el mundo para desarrollar las capacidades y la fuerza de las organizaciones de derechos de las mujeres para promover políticas de desarrollo sostenible sensibles al género a nivel local, nacional y regional.
Para obtener más información sobre el trabajo de la Coalición Mundial por los Bosques sobre los derechos y el empoderamiento de las mujeres, consulte nuestra página de campaña.
Las mujeres de Brasil y Paraguay están concienciando a los y las jóvenes sobre la importancia de la cooperación para cuidar el medio ambiente más allá de sus fronteras
Cuando dos comunidades transfronterizas se unen con el mismo propósito, es posible construir propuestas transformadoras e integrarse en favor del cuidado del medio ambiente, así como de la promoción de nuevas relaciones más equitativas intergeneracionales y de género. Este convencimiento ha inspirado a un colectivo de mujeres, que forman parte del Grupo de Educadores Ambientales Sin Fronteras (GEASF), liderar la organización de eventos de educación socio-ambiental participativa transfronteriza, la que abarca dos municipios: Bela Vista (Mato Grosso do Sul, Brasil) y Bella Vista Norte (Paraguay). Uno de estos eventos que está ganando mucho reconocimiento año tras año (desde 2010) es la “Pedala Fronteira”, un paseo en bicicleta que ha logrado involucrar a diferentes actores locales: alcaldes, maestros, líderes comunitarios, empresarios y medios de comunicación. Sobre todo los y las jóvenes, incluido lxs niñxs, de ambos municipios son los/las participantes más entusiastas. A través de esta actividad GEASF promueve el diálogo entre los diferentes actores sobre problemáticas socio-ambientales locales y cada uno se compromete a cuidar de su medio ambiente transfronterizo (bosque, Río Apa, biodiversidad, y suelos), con mutua colaboración y respeto. Estos eventos participativos han servido para concientizar, especialmente a los y las jóvenes en la necesidad de pensar y actuar ahora por un futuro justo, equitativo y sostenible.
Créditos de la foto: Grupo de Educadores Ambientales Sin Fronteras
Soluciones lideradas por mujeres para evitar la degradación forestal en Gana
El socio de Women2030, The Development Institute (TDI), ha estado trabajando con grupos de derechos de las mujeres en la cordillera Weto del bosque de Guinea Superior de África occidental en el Este de Ghana a través del programa Women2030. Un aspecto fundamental de este trabajo es valorar el papel que desempeñan las mujeres en la conservación de los bosques a través del liderazgo y el empoderamiento de las mujeres, la capacitación, el intercambio de habilidades y, la protección de los medios de vida arraigados en prácticas agrícolas sostenibles. Junto a la protección de la biodiversidad y la generación de ingresos, la asociación de mujeres ha estado desarrollando la capacidad de liderazgo de las mujeresa, particularmente en la gobernanza de los recursos naturales. Una de las formas en que lo han logrado es: a través de la radio comunitaria, presentando programas de entrevistas sobre el empoderamiento de las mujeres, los problemas ambientales locales, entre otros, convirtiéndose en una voz muy respetada en la comunidad. Las mujeres de la asociación ahora tienen la confianza para expresarse en reuniones comunitarias y acercarse a los tomadores de decisiones para defender sus necesidades y derechos. Las mujeres de Kpoeta están restaurando y protegiendo los bosques con éxito, al mismo tiempo que alimentan a sus familias y generan ingresos. Esto lo están logrando a través de la auto-organización; a pesar de los desafíos que enfrentan, como los bajos niveles de representación política y alfabetización.
Créditos de la foto: The Development Institute
Mujeres rurales en Bolivia se están auto-organizando para superar las injusticias de género
Las mujeres rurales de El Alto-La Paz, Bolivia, se enfrentan a múltiples formas de discriminación y desigualdad basadas en el genero, la etniciad y clase. El trabajo que llevan a cabo las mujeres rurales en la agricultura familiar, pastoreo y cuidados del hogar no es reconocido ni remunerado, y las demandas históricas de las organizaciones indígenas originarias campesinas, no se han implementado, a pesar de las leyes existentes. Por ello, los grupos de mujeres se están auto-organizando y organizaciones de la sociedad civil, como CIPCA contribuyen facilitando espacios de reflexión e intercambio de experiencias. Algunas de las medidas para abordar esta desigual de género en el ámbito rural y que han surgido de estos espacios son: incentivar la creación de nuevas organizaciones económicas comunitarias según la vocación agrícola; fortalecer las capacidades productivas de las mujeres en cuanto a la diversificación productiva; mayor inversión en innovaciones tecnológicas; potenciar las organizaciones consolidadas buscando nuevos mercados para sus productos de base agroecológica; y difundir estas alternativas en su propio idioma a través de los medios radiales locales . Estas actividades tienen la finalidad de fortalecer la independencia económica de las mujeres, lo que contribuye a su autoestima y permite visibilizar más su aporte en la producción alimentaria.
Créditos de la foto: CIPCA
Los derechos de las mujeres y el conocimiento tradicional son fundamentales para la conservación de la diversidad biológica en Kirguistán
En Kirguistán, las mujeres se enfrentan a multiples amenazas, desde la marginación económica y política y formas de violencia de género como el ‘rapto de novias’, hasta el desarrollo de infraestructura y proyectos mineros que tienen impactos sobre su salud y su capacidad para cultivar alimentos. Prácticamente sin representación en el gobierno local y poco poder en la toma de decisiones a nivel de hogar, la sociedad civil y los grupos de mujeres deben organizarse para superar los desafíos a los que se enfrentan. La clave de su éxito reside en que unen la lucha por los derechos de las mujeres a la conservación ecológica y el intercambio de conocimientos tradicionales. En la remota región del este de Kirguistán conocida como Issyk Kul Oblast, el pueblo de Darkhan se encuentra a pocos kilómetros de la gigantesca mina de oro de Kumtor. Para contrarrestar los numerosos impactos que esta mina tiene sobre la vida local y aumentar su resiliencia climática, las mujeres activistas de la aldea han plantado más de 500 árboles nativos y arbustos frutales. La siembra requiere de tiempo y cuidados, pero las mujeres de Darkhan saben que sus esfuerzos beneficiarán a toda la comunidad. Al reducir el viento y la degradación del suelo y preservar las especies nativas, están protegiendo también la capacidad de la comunidad para alimentarse y cuidarse a sí misma.
Créditos de la foto: Vlad Ushakov
Para las mujeres de Mapuche, la promoción del Küme Mongen (Buen Vivir) es una manera de resistir las actividades extractivistas y el el colonialismo patriarcal
Las mujeres mapuches de Chile cumplen un rol central en la promoción del Küme Mongen (el Buen Vivir), la sabiduría ancestral que pone en el centro de la cosmovisión la Vida, reconociendo la interdependencia (dualidad y complementariedad) entre hombres y mujeres, entre las personas y las comunidades, y de éstas con la naturaleza. Ellas lideran el cuidado de las semillas, la transmisión de la cultura y del conocimiento de la medicina Mapuche a los hijos, promueven el consumo de productos sanos, considerando que la sociedad debe mantener en el tiempo una salud preventiva y no curativa. Esta manera de percibir la salud está ganando reconocimiento entre la sociedad Chilena. Por ejemplo, en la actualidad, el Servicio de Salud regional y el Hospital Santa Elisa de Mariquina han solicitado – a través de un convenio- a las mujeres de la asociación Trem Trem Mapu para que ellas capaciten al personal de salud en medicina preventiva, usando plantas medicinales. De otro lado, y con la finalidad de seguir concientizando a la sociedad sobre el Küme Monge y acercar el campo a la ciudad, las mujeres mapuches, con apoyo de sus esposos, se propusieron construir una casa comunal dedicada a la difusión del conocimiento Mapuche, un espacio donde también ellas pueden vender sus productos agroecológicos, plantas medicinales y creaciones culturales (artesanías).
Créditos de la foto: Colectivo VientoSur
Los derechos sobre la tierra y los medios de vida son fundamentales para que las mujeres indígenas de Kenia logren alcanzar el desarrollo sostenible
En los condados de Marsabit, West Pokot y Narok, en Kenia, los grupos de mujeres indígenas protegen sus bosques, la tierra y los medios de vida de su comunidad frente a los desafíos a los que se enfrentan. Mediante la capacitación y el intercambio de habilidades, los grupos de mujeres comparten ideas para generar ingresos, abordar la participación de las mujeres en la toma de decisiones locales y superar los desafíos relacionados con la seguridad alimentaria. A través de la auto-organización en sus comunidades, están allanando su propio camino para obtener sus derechos sobre la tierra e iniciativas dirigidas por mujeres para tener medios de vida comunitarios. Mirando hacia el futuro, las mujeres están trabajando más allá de sus propias comunidades para mejorar la creación de redes y comunicaciones con otros grupos de mujeres. Su objetivo es fortalecer el movimiento de mujeres a nivel local e influir en los programas de desarrollo de los condados para incluir las prioridades de las mujeres. Piden que se fortalezcan las redes de defensa de las mujeres a nivel local y a nivel de condado, con vínculos con las redes de defensa a nivel nacional y asegurándose que las voces de las mujeres puedan ser escuchadas en todos los niveles de gobernanza ene los que se adoptan decisiones.
Créditos de la foto: Lucy Mulenkei/Indigenous Information Network
Las mujeres del Colectivo Campesino y Reservas Comunitarias de Santander, Colombia: un verdadero logro en la protección de la tierra y la creación de alternativas para el buen vivir
Las mujeres del Colectivo de Reservas Campesinas y Comunitarias de Santander, Colombia, están contribuyendo de manera vital a la conservación comunitaria, como una solución real a la crisis climática. A través de su energía y creatividad demuestran que es posible conservar los bosques y lograr la soberanía alimentaria basada en la diversidad de la producción. El Colectivo Reservas es un conjunto de asociaciones de familias rurales de Santander creado en 2008, y se basa en la gestión comunitaria de las tierras. Se trata de comunidades campesinas con fuertes lazos culturales y conocimientos tradicionales que conviven con los bosques andinos. Varias décadas de conflicto armado en Colombia han tenido un grave impacto en las comunidades y en particular en las mujeres, quienes han tenido que asumir la responsabilidad de sostener la familia y la producción de alimentos, además de permanecer y proteger sus territorios. Para ellas, es claro que la paz no solo debe lograrse entre grupos armados, sino también en términos de relaciones más armoniosas y menos agresivas con la naturaleza y entre hombres y mujeres. A través de su trabajo colectivo, brindan ejemplos de cómo mejorar su economía y soberanía alimentaria. Demuestran que estas formas de auto organización, lideradas por mujeres, ayudan a preparar a sus familias para enfrentar nuevos desafíos, como la pandemia que está causando hambre e indigencia entre las poblaciones marginadas de América Latina.
Créditos de la foto: Fundaexpresión
“Solo les interesa la soja”: cómo se están organizando las mujeres campesinas e indígenas en Paraguay para sobrevivir a las amenazas gemelas de la agricultura industrial y el cambio climático
Las comunidades campesinas e indígenas de Paraguay se encuentran atrapadas entre la industria agroindustrial que esta patrocinada por el estado y que roba tierra y envenena el aire, el suelo y el agua, y la emergencia climática que aumenta la presión sobre su ya escasa capacidad para alimentarse. Con un apoyo externo mínimo y con graves amenazas sobre los bosques, la tenencia de la tierra, la salud comunitaria y la soberanía alimentaria, las comunidades campesinas e indígenas se están organizando para recuperar el control de sus vidas y, las mujeres, están a la vanguardia de esta resistencia. Están fortaleciendo sus organizaciones mediante la capacitación y el intercambio de habilidades para abordar así la discriminación de género. A través de organizaciones como la Federación Nacional Campesina (FNC) y la Coordinadora Nacional de Mujeres Campesinas e Indígenas, las comunidades campesinas e indígenas, y en particular lxs miembrxs que son mujeres, están trabajando juntas para proteger su soberanía alimentaria, las semillas indígenas, los recursos medicinales naturales y sus conocimientos tradicionales y ancestrales. Frente a las amenazas gemelas del avance de los monocultivos y la emergencia climática, están construyendo su propia resiliencia de abajo hacia arriba.
Créditos de la foto: Inés Franceschelli/Heñói