Proyecto de energía de biomasa de Ngodwana: ¿Puede ser sostenible la madera procedente de plantaciones industriales?
En todo el mundo, las fábricas de papel y celulosa están instalando cada vez más calderas de biomasa de gran tamaño junto con unidades de cogeneración tradicionales para aprovechar el fuerte apoyo y los incentivos a la producción de electricidad a partir de la quema de madera.
Estas instalaciones son centrales eléctricas autónomas que requieren más biomasa que los residuos producidos por las plantas de celulosa donde se construyen, lo que significa que hay que llevar más madera a la fábrica para ser quemada. Un buen ejemplo de esta tendencia es la fábrica y la planta de biomasa de Ngodwana de la empresa Sappi, que comenzarán a funcionar en marzo de 2022 en la provincia de Mpumalanga en Sudáfrica (para otro ejemplo, véase nuestro estudio de caso sobre la central de biomasa de Valdivia).
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Operators claim that the “renewable” electricity they produce replaces electricity produced from fossil fuels and so helps to reduce emissions. However, the false assumption that burning wood from “sustainably managed” forests or plantations is carbon neutral means that carbon dioxide emissions from combustion aren’t accounted for. This is despite the large body of evidence (have a look at the Biomass Energy, Forests and Climate Library) clearly showing that electricity generation from forest biomass is highly emissive.
At the same time, these developments often depend on destructive processes that harm ecosystems and increase the demand for wood. Ultimately, wood that will be burned in the Ngodwana mill will be sourced from vast areas of industrial eucalyptus and pine plantations that have profoundly negative impacts on the region’s biodiverse grassland habitats.