Mientras se celebra la COP30 en Brasil, los gobiernos y las empresas están señalando la biomasa como una parte clave de la “transición verde” y la promueven en el marco de las agendas nacionales de descarbonización y bioeconomía. El compromiso Belém X4, por ejemplo, tiene como objetivo cuadruplicar la producción de biocombustibles. Un nuevo informe de la Red de Acción sobre la Biomasa y la Coalición Mundial por los Bosques revela la triste realidad que se esconde tras estas afirmaciones: la biomasa industrial provoca la deforestación, la concentración de la tierra y los conflictos sociales, además de socavar las medidas climáticas reales.
¿Descarbonización o despojo? El alcance de la energía de biomasa a escala industrial en América Latina y sus impactos en la región.
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Expansión de la biomasa industrial en América Latina
En toda la región, industrias como la siderúrgica, la celulosa, el papel, el etanol y la agroindustria dependen cada vez más de la biomasa —madera talada de bosques y plantaciones de árboles— para sustituir a los combustibles fósiles. Presentado como sostenible y renovable, este modelo energético contribuye a la destrucción ecológica, refuerza las desigualdades y desplaza a las comunidades.
La quema de biomasa leñosa a gran escala está exacerbando el cambio climático en un momento crítico, en lugar de mitigarlo.
El presente informe documenta las principales industrias que generan energía a partir de la biomasa y sus impactos:
- Carbón vegetal para el “acero verde”: En Brasil y Paraguay, se queman millones de toneladas de madera para producir carbón vegetal para el acero. Empresas como Aperam BioEnergia y Aço Verde do Brasil afirman ser neutras en cuanto a las emisiones de carbono, pero las comunidades locales sufren escasez de agua, exposición a pesticidas, trabajo forzoso y despojo territorial.
- Celulosa y papel: Las plantaciones de eucalipto y pino se utilizan para abastecer de combustible a las centrales eléctricas de biomasa, lo que perjudica la biodiversidad y a las comunidades indígenas, mientras que los mecanismos de compensación de carbono ocultan las emisiones reales. La planta de celulosa de Valdivia en Chile, por ejemplo, ha causado graves daños ambientales y sociales a las comunidades mapuches.
- Biomasa para etanol y secado de granos: En Brasil, Paraguay, Argentina y Uruguay, la energía de biomasa convierte la tierra en monocultivos industriales, lo que agrava la escasez de agua, la desigualdad y el control corporativo sobre los territorios rurales.
Impactos ambientales y sociales
La energía industrial de biomasa reproduce patrones de extracción y despojo. Las plantaciones de monocultivo degradan los suelos, reducen la biodiversidad y alteran los ciclos del agua. La contabilidad del carbono a menudo oculta el verdadero costo climático de la biomasa, mientras que la concentración de la tierra y la silvicultura industrial desplazan a las y los pequeños agricultores y a los pueblos indígenas. Las condiciones laborales de esta industria son precarias, mientras que las ganancias se concentran en las empresas multinacionales.
Conclusiones y recomendaciones
La biomasa industrial ilustra las contradicciones de la economía verde: se promueve como sostenible, pero en realidad conlleva destrucción ambiental e injusticia social. Una transición energética justa debe rechazar la biomasa como solución climática y centrarse en alternativas basadas en los derechos, lideradas por las comunidades y ecológicamente sostenibles.
El informe recomienda:
- Reconocer y abordar los impactos sociales, incluyendo el acaparamiento de tierras y la explotación laboral.
- Promover modelos forestales que prioricen los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades.
- Rechazar las falsas soluciones climáticas y las lagunas en la contabilidad del carbono.
- Apoyar la agroecología, los bosques gestionados por las comunidades y los sistemas energéticos descentralizados que reducen las emisiones de forma genuina, sin despojo.
La importancia de este tema
Dado que la expansión de la bioenergía ocupa un lugar destacado en la agenda de la COP30, este informe señala los riesgos de los discursos “verdes” que sirven a los intereses corporativos y financieros, en lugar de a la justicia climática. Las organizaciones de la sociedad civil de toda América Latina han documentado la relación entre la expansión de la biomasa y el acaparamiento de tierras, la proliferación de los monocultivos y los modelos económicos extractivos. Mientras los gobiernos y los inversionistas celebran la bioenergía, las comunidades de primera línea siguen enfrentándose a la destrucción del medio ambiente, la escasez de agua y la vulneración de sus derechos.
Agradecimientos
This overview draws on research and testimony from multiple organisations and networks, including the Global Forest Coalition, Biofuelwatch, Global Energy Monitor, The Environmental Paper Network (EPN) and its Biomass Action Network, particularly BAN’s Latin America Working Group, and national partners across Brazil, Chile, Paraguay, Argentina, Uruguay and other countries.
Lee el informe en línea en inglés y en portugués y compártelo ampliamente para exponer las falsas soluciones en la COP30.