INICIATIVA DE RESILIENCIA DE CONSERVACIÓN COMUNITARIA EN SAMOA
INTRODUCCIÓN
En Samoa, como fase inicial de la Iniciativa de Resiliencia de Conservación Comunitaria (CCRI por sus siglas en inglés) Ole Si’osi’omaga Society Incorporated (OLSSI) llevó a cabo consultas comunitarias y estudios sobre los manglares en los pueblos de Toamua, Saina y Vaiusu. Los pueblos de Samoa tienen un gobierno soberano dirigido por protocolos culturales de la tierra y el mar, controlados a su vez por un sistema de tenencia consuetudinaria[1]. Esto ha creado problemas para la gestión de los manglares ya que la ley del gobierno establece que toda la tierra que se encuentre por debajo de la marca máxima del agua es tierra del gobierno[2].
Muchos hogares de estos pueblos aún dependen de los servicios que proveen los ecosistemas de manglares, como pesca de subsistencia, seguridad e ingresos[3]. Los manglares son también el hogar de una gran variedad de especies de aves autóctonas[4]. Sin embargo, los residentes afirman que los servicios de los ecosistemas han disminuido drásticamente ya que una gran parte de los manglares han sido destruidos a causa de la urbanización, las actividades industriales, la expansión de la población, el cambio climático y la sobreexplotación[5]. Lamentablemente, la legislación y los protocolos han sido incapaces de prevenir este desastre. No obstante, el gobierno y las comunidades han unido fuerzas para fortalecer la conservación de los manglares y la resiliencia al cambio climático[6].
Resiliencia de Conservación Comunitaria en Samoa
A través de consultas y encuestas, los miembros de la comunidad identificaron una serie de amenazas sobre el hábitat de los manglares y sus recursos. Dos de las principales amenazas internas son las aguas residuales y la recuperación de tierras. Las aguas residuales se vierten directamente en los manglares y lagunas, lo cual promueve la proliferación de algas; esto puede asfixiar y matar a los árboles jóvenes y plántulas. Adicionalmente, la recuperación de tierras aumenta la sedimentación del agua, la cual ahoga neumatóforos, limita los suministros de nutrientes y mata a los árboles de mango. Esto no solo reduce el número de peces sino que también puede llevar a la extinción de aves autóctonas[7]. Los pescadores locales a veces también causan daños a los árboles jóvenes de mangle con los cascos de sus canoas cuando cruzan la playa por la noche; de igual manera, animales como los cerdos pueden perjudicar el crecimiento de los árboles jóvenes cuando salen en busca de alimento y cavan en las zonas de manglares.
Las plantaciones de manglares también están sujetas a amenazas externas, incluyendo mareas altas y olas fuertes que rompen y arrancar los árboles jóvenes; el cambio climático y el aumento de los niveles del mar han exacerbado estas amenazas. Además, el desbordamientos del cercano río Fulu’asou ha destruido plantaciones en ocasiones anteriore, y esto sigue siendo una amenaza potencial en la actualidad. Los residuos sólidos, en particular las bolsas de plástico, pueden asfixiar fácilmente los manglares jóvenes. Igualmente, la contaminación química de los vertederos de residuos y las operaciones de dragado de arena también son amenazas potenciales que deben tenerse en cuenta[8] .
Conclusiones y Recomendaciones
Las tres comunidades están comprometidas con la iniciativa CCR y Vaiusu ya ha dado el siguiente paso para poner en práctica su compromiso. El comité de la mujer Vaiusu ha desarrollado una plantación de manglares de dos acres en una marisma adyacente como parte de su plan a largo plazo de rehabilitación/conservación. Estas comunidades reconocen la necesidad de revertir las condiciones que causan la reducción de los manglares ya que estos no sólo son necesarios para asegurar sus medios de vida sino también para la salud y la capacidad de recuperación de la intrincada red de ecosistemas interconectados, incluyendo lagunas, marismas, praderas de pastos marinos y arrecifes de coral.
Adicionalmente, estas comunidades han desarrollado estatutos locales centrados en la protección de la integridad de este hábitat. Estos incluyen la prohibición de cortar los manglares, las prácticas de pesca no sostenibles y arrojar basura en los manglares. También han comenzado diálogos con el gobierno y OLSSI para desarrollar un mecanismo y hacer realidad este objetivo[9]. Como resultado, en conjunto se han desarrollado las pautas de pesca[10] y la Auditoría de la Biodiversidad de los Manglares (Mangrove Biodiversity Auditi )[11].
Las comunidades también han pedido ayuda al Gobierno para mejorar las instalaciones de aguas residuales y gestión de residuos para minimizar así los lixiviados; también buscan ayuda para hacer cumplir la legislación y los estatutos nacionales para limitar la conversión de manglares y controlar la extracción de arena.
Además del gobierno, el apoyo de organismos donantes y otras ONG juegan un papel importante en el aumento de la resiliencia de conservación comunitaria, ya que ellos pueden ayudar proporcionando financiación y experiencia técnica. Aunque las comunidades están tomando conciencia de los impactos del cambio climático, es necesario el desarrollo de capacidades. La comunidad está comprometida, pero necesita apoyo para mejorar sus habilidades y revivir los conocimientos tradicionales relacionados con la gestión de los manglares. En particular, hay que promover el conocimiento y la participación de las mujeres en el proceso de toma de decisiones en la iniciativa de resiliencia y conservación. Por otra parte, el activismo y el cabildeo son cruciales, y los actores externos son aliados importantes ya que pueden ayudar con el monitoreo y la evaluación de los procesos, brindar apoyo a las comunidades y compartir las experiencias de la comunidad con una audiencia más amplia. Estas recomendaciones ayudarán a apoyar a las comunidades locales en la conservación y resiliencia de los manglares a largo plazo en Samoa.
Testimonio
Durante generaciones, nuestros abundantes manglares fueron los medios de subsistencia para nuestra comunidad. Las leyendas cuentan que los manglares y la abundancia de peces y otros comestibles marinos eran parte de un premio por valentía otorgado por Tui Manu’a a Malalatea, un renombrado guerrero de la aldea Toamua. Sin embargo, este entorno se ha deteriorado dramáticamente porque no supimos defender las prácticas de pesca sostenibles y por la tala de manglares para leña. La urbanización también ha contribuido significativamente a este declive. Nuestro objetivo ahora es restaurar nuestros manglares, ya que mejorarán la capacidad de recuperación de los ecosistemas y a la vez reforzarán la protección frente a mareas extremas.
– Leaoaniu Patolo de el pueblo Toamu.
[1] Elisara 2006, Customary Land Tenure Review.
[2] GoS 1960, Constitución del Estado Independiente de Samoa de 19601960; también en GoS 1997, Lands Survey and Environment Amendment Act 1997.
[3] GoS 2012a, Population & Housing Census 2011.
[4] Pacific black/grey duck (Anas superciliosa), blue-crowned lory (Vini australis) and the purple-capped fruit dove (Ptilinopus porphyraceus)
[5] Saifaleupolu & Elisara 2015, Biodiversity Audit for Vaiusu, Vaigaga & Vaitele; 2014, Biodiversity Audit for Toamua.
[6] Siamomua-Momoemausu 2013, Mangrove Ecosystems for Climate Change Adaptation and Livelihood; GoS 2012b, Strategy for the Development of Samoa.
[7] El dosel producido por los manglares ayuda a reducir la presencia del invasivo pájaro estornino (Acridotheres tristis & Acridotheres fuscus) y de el bulbul cafre (Pycnonotus cafer).
[8] SROS 2009, The Effects of Chemical and Microbiological Contamination on Vaitoloa Mangrove and its Ecosystem.
[9] Saifaleupolu & Elisara 2015, Biodiversity Audit for Vaiusu, Vaigaga & Vaitele; and also in Ellison et al. 2007, Assessment of the Vaiusu Bay Mangroves.
[10] Vaiusu Village 2006, Tusi Ta’iala mo le Vaia Lelei o I’a ma Figota.
[11] Saifaleupolu & Elisara 2014, Biodiversity Audit for Toamua.