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La Iniciativa de Resiliencia de Conservación Comunitaria en Colombia

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Informe Resumido de Resultados Preliminares

Introducción

En Colombia, las comunidades afrodescendientes y campesinos de La Alsacia, la reserva de Barbas de Mono y la reserva de Los Maklenkes, han estado participando en la Iniciativa de Resiliencia de Conservación Comunitaria (CCRI por sus siglas en inglés) desde 2016, representado territorios, ecosistemas y condiciones de vida diversos.

El pueblo afrodescendiente de La Alsacia habita en el suroeste del país, en la cordillera occidental, en el departamento del Cauca. [1] Se organizan como Consejo Comunitario, una forma de administración interna creada en el Artículo 5 de la Ley 70. Dicha norma reconoce la propiedad colectiva de la tierra y busca proteger la identidad y los derechos de las comunidades negras como grupo étnico. [2] Han sufrido múltiples desplazamientos forzados a lo largo de su historia, y apelaron a esta ley para conseguir titulación territorial. Habitan y protegen un área de montaña de aproximadamente 1.088 hectáreas, de las cuales 600 hectáreas están destinadas a la conservación.

Las comunidades de las reservas de Los Maklenkes y Barbas de Mono se encuentran en el extremo opuesto del país, sobre la cordillera oriental, en el departamento de Santander. Las reservas poseen 12 y 55 hectáreas, respectivamente, pero alrededor de ellas se han declarado reservas familiares de hasta 113 hectáreas, todas pertenecientes al Colectivo de Reservas Campesinas y Comunitarias de Santander (un proceso participativo para conservar el bosque andino iniciado en 2008 por comunidades con el apoyo de Fundaexpresión). Estas organizaciones comunitarias son campesinas, y a diferencia de la comunidad afrodescendiente de La Alsacia, no tienen derechos especiales. Se organizan en juntas de acción comunal o colectivos, administrando, por ejemplo, acueductos comunitarios y reservas. Los Maklenkes está muy cerca de la cuarta ciudad más poblada del país, Bucaramanga, donde llegan los impactos del turismo. Barbas de Mono se localiza en una zona rural severamente afectada hasta hace pocos años por el conflicto armado.

En Colombia, varias décadas de conflicto armado han afectado gravemente a las comunidades y su capacidad para conservar sus territorios. La reacción más común ha sido el desplazamiento y el abandono de los territorios; Colombia tiene más desplazados internos que cualquier otro país (7,4 millones en 2016). [3] Los padres limitan los lugares a los que pueden viajar los niños y los jóvenes, y hay problemas con minas antipersonas en algunos lugares. Todo esto conlleva una pérdida de conocimiento sobre los territorios, lo cual es un problema fundamental, ya que es difícil apreciar y defender algo que es poco conocido.

Todas las comunidades tienen conocimiento de la evaluación CCRI desde su formulación como proyecto en 2014, y están de acuerdo de participar en representación de comunidades con procesos y desafíos similares. En 2016, un taller nacional enfatizó la relación entre megaproyectos e impactos en los territorios de las comunidades, destacando el papel de las iniciativas de conservación comunitaria. Las comunidades también se reunieron e intercambiaron ideas y avances en el Festival de Expresiones Rurales y Urbanas en Bucaramanga en septiembre de 2017. La dinámica y la contribución del propuesto órgano nacional de coordinación, tal y como se describe en la metodología CCRI, fue vital. [4] Este grupo de personas (los asesores de proyecto), provienen de diferentes áreas de conocimiento y actividades, interpretan el pensamiento y las prácticas de las comunidades, y orientan o proporcionan reflexiones que luego son llevadas a las comunidades y a otros organismos.

Tomando en cuenta cuestiones de género, tanto en términos de principios y metodologías, y priorizando la participación de todos los grupos dentro de las comunidades, se desarrollaron metodologías que reflejaban las prácticas culturales de cada población para promover la participación de niñas, niños, jóvenes y mujeres. Para facilitar la participación de mujeres, algunas actividades se llevaron a cabo en sus casas. En la comunidad Barbas de Mono, donde más participaron las mujeres , pasaron un tiempo considerable analizando su papel y contribuciones fundamentales, y considerando las percepciones que tienen las mujeres sobre las necesidades y oportunidades de sus comunidades.

Una revisión legal identificó normas que pueden beneficiar o afectar negativamente las iniciativas de gestión comunitaria. Dos instrumentos aprobados para la promoción y aplicación del modelo de la economía verde, dentro del contexto del proceso de paz, se consideran dañinas para las iniciativas de conservación de las comunidades porque pueden socavar los valores tradicionales de conservación, especialmente al promover una mayor comercialización de la naturaleza. [5,6] Estos son el Documento CONPES 3886 Lineamientos de Política y Programa Nacional de Pago por Servicios Ambientales para la Construcción de Paz [7] y el Decreto 870 del 25 de mayo de 2017, el cual establece pagos para servicios ambientales y otros incentivos para la conservación. [8]

 

Vea un video corto en Inglés sobre CCRI en Colombia aquí:

https://youtu.be/smJ_3j4in-U

 

La Iniciativa de Resiliencia de Conservación Comunitaria

community conservation colombia

El proceso CCRI, Consejo Comunitario de La Alsacia. CENSAT/GFC

En Alsacia, la comunidad posee un profundo conocimiento del patrimonio natural. Tienen sus propios nombres y sistemas de clasificación de fauna y flora, y cuentan con un reglamento interno que regula actividades nocivas, por ejemplo, a través de la prohibición del establecimiento de cultivos de uso ilícito debido a los impactos ambientales, sociales y culturales. La comunidad resaltó la necesidad de entender y leer sobre los intereses ajenos y las amenazas para poderlas enfrentar. En su contexto, similar al de cientos de poblaciones en Colombia, las amenazas propias del modelo de desarrollo y la implementación de los acuerdos de paz son:

  • Estrategia para desocupar el territorio por parte del gobierno y otros actores con intereses diversos sobre el mismo.
  • Perdida de la memoria colectiva y desconocimiento de la historia, lo que entre otras cosas puede llevar a desconocer la cultura propia y adoptar otras foráneas.
  • Conflicto y actores armados, cualquiera que sea su origen.

La inestabilidad política ha implicado amenazas a líderes y comunidades negras, campesinas e indígenas; enfrentamientos entre grupos armados, incluso de las fuerzas armadas del Estado; restricciones a la movilidad dentro de los territorios; y o bien desplazamientos forzados o el confinamiento de la población en las aldeas, ambos experimentados en La Alsacia. El actual acuerdo de paz firmado entre el gobierno y el nuevo partido político de la FARC es bienvenido, pero la situación sigue siendo frágil y hace que la gestión comunitaria del territorio sea muy difícil. Están contentos de que el conflicto haya retrocedido, pero ahora les preocupa lo que pueda ocurrir con la zona de conservación en el marco de los acuerdos de paz con las FARC, ya que antes el el conflicto impedía el acceso a dicha área y por ende su explotación por parte de terceros. Además, todavía hay enfrentamientos armados cerca de la aldea, y varias comunidades han sufrido nuevas amenazas. [9] Esto es una experiencia común en Colombia, y las disputas por la tierra, principalmente en los territorios afrodescendientes, se ven intensificadas por la rápida expansión de monocultivos de palma de aceite.

La comunidad cerca de la reserva Los Maklenkes constató que una de las razones por las cuales son una comunidad tan cohesionada y resistente es la forma en que se han mantenido juntos en los tiempos de crisis y conflicto que han sufrido. En vez de abandonar su territorio, perdiendo el trabajo de toda su vida y sus medios de supervivencia, eligieron la estrategia altamente arriesgada de enviar delegados a negociar con actores armados para que pudieran permanecer allí.

El mayor impacto en Santander ha sido contribuir a que líderes estén pensando en el fortalecimiento del proceso de conservación comunitario, entendiendo este no como preservación, sino como oportunidades para que más familias se beneficien y disfruten de la naturaleza. En procesos complementarios al CCRI, ambas comunidades han definido objetivos para el monitoreo de la biodiversidad (como lo ha hecho la comunidad en La Alsacia), y dentro del CCRI emprendieron actividades para entender y demostrar el impacto positivo de las acciones de conservación comunitaria. En Los Maklenkes, se está adelantando la identificación y monitoreo de aves amenazadas y con riesgo de extinción protegidas en el área de reserva campesina. En Barbas de Mono, se está comparando la diversidad de aves en zonas de agricultura y el interior de la reserva.

El enfoque de género del CCRI fomentó reflexiones internas en las comunidades, una de las cuales identificó como principal amenaza a su resiliencia las limitaciones para la participación de las mujeres en los procesos y actividades comunitarias. Los habitantes cercanos a Los Maklenkes identificaron que el patriarcado restringe el acceso de las mujeres a diversas actividades, tales como las Juntas de Acción Comunal. La situación está determinada en gran medida por los hombres, quienes deciden en qué espacios o actividades pueden o no tomar parte sus compañeras e hijas. Como parte de su iniciativa de CCRI, la comunidad eligió estudiar su fauna local a través de la práctica tradicional de bordado, que culturalmente se asocia con las mujeres. Sin embargo, los hombres y los niños también participaron, ayudando a corregir el desequilibrio de género. Después de que se reunieron representantes de las dos comunidades, la comunidad de La Alsacia también emprendió un proyecto de bordado, que resultó ser tan popular que la mayoría de las familias en la comunidad ahora conocen el proyecto CCRI, con la participación activa de los niños y sus padres.

La comunidad de Los Maklenkes identificó la erosión de los conocimientos y prácticas tradicionales como amenaza a la biodiversidad, el patrimonio y la cultura. Igualmente, para la comunidad que administra la reserva Barbas de Mono, las principales amenazas identificadas fueron el modelo de desarrollo dominante impuesto desde las ciudades, incluido el potencial desarrollo de carreteras, el desarrollo del turismo, la potencial privatización de los acueductos comunitarios y la cooptación comunitaria por parte de empresas mineras (lo que resulta en la falta de interés de más familias frente a los procesos organizativos y de resistencia). En este contexto, territorios y comunidades son más vulnerables ante amenazas concretas como:

  • Instituciones, tales como la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, que prometen seguridad alimentaria y ofrecen paquetes tecnológicos que incluyen sistemas de crédito y asesoramiento técnico sobre monocultivos y agrotóxicos en lugar de café cultivado a la sombra, creando dependencia e imponiendo condiciones que impiden activamente la soberanía alimentaria en las comunidades. Este problema ha sido abordado por varios autores. [10]
  • Un sistema educativo que incentiva el distanciamiento de los niños con el territorio y la forma de vida campesina en detrimento de saberes y tradiciones populares.

Finalmente, los intereses y las necesidades de las comunidades son ignorados repetidamente por los responsables de la política urbana, las grandes organizaciones de conservación e incluso las entidades que supuestamente apoyan los procesos de base. El enfoque de gestión y conservación comunitaria es muy diferente al modelo impuesto por el estado y las grandes ONG de conservación. No se trata de comprar y aislar porciones de tierra, sino de considerar a los pueblos ligados al proceso de conservación y sus conocimientos, culturas y habilidades, tanto como la tierra y el espacio físico. Existe un alto riesgo para las iniciativas comunitarias cuando los aspectos esenciales de la resiliencia de las comunidades, como la autonomía y la autogestión, se dejan de lado favoreciendo el papel de los actores externos. Tal ‘asistencia’ puede crear dependencias que debilitan los procesos básicos de las comunidades.

 

Conclusiones y Recomendaciones

Preparando comida, Los Maklenkes. CENSAT/GFC

Es importante priorizar las iniciativas de manejo territorial que surgen desde las comunidades. Poseen legitimidad, mayor probabilidad de permanencia, así como beneficios para las poblaciones humanas y los ecosistemas. La conservación comunitaria exitosa se basa en una organización efectiva con una amplia participación y empoderamiento, donde la autonomía y la organización comunitaria es la prioridad y otros aspectos como las normas jurídicas se consideran complementarios en lugar de la prioridad. Los proyectos o propuestas de incidencia en las comunidades deben siempre ser construidos y consensuados con ellas, nunca definidas e impuestas desde fuera del territorio. Las estrategias de manejo comunitario deberían propiciar espacios de diálogo para la reflexión y debate dentro de la sociedad civil, y entre ésta y el estado.

La organización, reconocimiento y valoración de la comunidad como una familia ampliada fueron las claves para la resiliencia identificadas en la comunidad con mayor riesgo de expulsión territorial. Estos elementos pueden ser fortalecidos mediante la educación propia que pueden implementar ellos mismos.

Se recomendó la educación popular como una estrategia importante en general, incluso en relación con el respeto para los derechos de los pueblos y las políticas de estado. Esto ayudaría a las comunidades a recobrar parte de los bienes que han perdido e identificar lo que se les ha impuesto o se les está imponiendo. En este sentido, la forma de vida campesina se revindica como fuente de orgullo y de una vida digna.

Incentivar las estrategias productivas asociadas a los espacios de gestión y conservación comunitaria es clave para la resiliencia de las comunidades. Esto incluye desmontar el paradigma creado por los sistemas oficiales de áreas protegidas según el cual la conservación es excluyente con la producción y la presencia de las comunidades locales. La agroecología y el manejo comunitario de selvas son marcos de referencia que permiten garantizar un enfoque político rebasando lo técnico, incluyendo una dimensión territorial y organizativa.

En la reserva Los Maklenkes, por ejemplo, las actividades productivas compatibles con el cuidado del patrimonio natural dentro de la reserva incluyen el uso de productos forestales no maderables y la propagación de orquídeas. En Barbas de Mono, la comunidad decidió que la apicultura sería una actividad productiva que favorecería la biodiversidad y uniría a la comunidad—ya hay colmenas administradas por familias y otras de la comunidad en general. Líderes campesinas que realizan prácticas productivas en bosques y agroecosistemas recomiendan combinar las implementaciones a largo plazo, como la producción de madera, con prácticas de resultados a corto plazo. Esto tiene como objetivo el despertar y mantener el interés en los componentes a largo plazo, así como responder a las necesidades apremiantes de las familias.

También es importante incluir actividades lúdicas o para compartir. Las reuniones o asambleas no tienen que limitarse a una dimensión política u organizativa, pueden promover el bienestar desde otras perspectivas para las cuales comúnmente no se destina tiempo suficiente. Se priorizan los problemas y sus soluciones, dejando de lado el tiempo necesario para el ‘Buen y Bien Vivir’.

Desde una perspectiva legal, es imperativo revisar tanto la normatividad pendiente y con vacíos para su implementación, como los compromisos adquiridos por el estado en el marco de negociaciones y procesos relacionados con derechos y reivindicaciones de los pueblos indígenas, afrodescendientes y comunidades locales. Por ejemplo, después de 24 años, la presidencia ha reconocido que hay un retraso en la implementación de los capítulos IV, V y VII de la Ley 70 de 1993, que tratan sobre los “derechos sobre el uso de la tierra, la protección de los recursos naturales y del ambiente; los recursos mineros en territorios de comunidades afrocolombianas y sobre el desarrollo económico y social respectivamente”.[11]

Es importante que el estado garantice las condiciones necesarias para que estos derechos se hagan efectivos y los pueblos puedan permanecer en sus territorios. Por ejemplo, entre las comunidades que participaron en la evaluación de CCRI, aquella que ha sufrido más amenazas y presión para salir del territorio es precisamente la afrodescendiente, que de forma contradictoria es la única que tiene un estatus legal de reconocimiento de derechos sobre el territorio.

Las estrategias adecuadas deberían alentar la participación de un mayor número de familias en el proceso de conservación y gestión comunitaria, y hacer que los procesos e iniciativas de conservación, soberanía y autonomía productiva de la comunidad sean más visibles.

TESTIMONIO

La motivación de Paola proviene de sus raíces en el territorio y su comunidad. Ella cree que las soluciones deben venir de la propia comunidad, ya que esto crea enseñanzas innovadoras que llegarán e influenciarán a todos, aprovechando el hecho de que son una pequeña población. Ella se siente amenazada por la proximidad de un municipio rural donde se encuentran los excombatientes de las FARC. Estas personas dicen que van a ser parte de la región, pero sin adoptar o conocer las regulaciones internas del Consejo Comunitario, lo que puede tener varios impactos negativos y afectar el área de conservación del territorio.

Paola Andrea Choco, Consejo Comunitario de La Alsacia

 

Bibliografía

[1] Colombia se divide administrativamente en 33 regiones geográficas y económicas; 32 de estos departamentos son gobernados desde su respectiva capital, mientras que el otro corresponde al distrito capital de Bogotá.

[2] Congreso de Colombia. 1993. Ley 70 de 1993. [pdf] Disponible en: http://www.acnur.org/t3/fileadmin/Documentos/BDL/2006/4404.pdf [Accedido 11 agosto de 2017].

[3] UNHCR. 2017. Tendencias Globales sobre refugiados y otras personas de interés del ACNUR. Disponible en: http://www.acnur.org/recursos/estadisticas/ [Accedido 27 marzo de 2018].

[4] Natural Justice and Global Forest Coalition. 2014. Methodology of the community conservation resilience initiative. [pdf] Disponible en: https://globalforestcoalition.org/wp-content/uploads/2014/06/New-Last-CCR-Initiative-methodology_May-2014.pdf [Accedido 10 agosto de 2017].

[5] ATI, 2014. Trampas de REDD y de otros proyectos de conservación de bosques, http://censat.org/es/publicaciones/trampas-de-redd-y-de-otros-proyectos-de-conservacion-de-bosques [Accedido 12 abril de 2018].

[6] Lovera-Bilderbeek, A. S. E., 2017. Agents, Assumptions and Motivations behind REDD+. UvA-DARE, University of Amsterdam. 242 pp.

[7] CONPES. 2017. Lineamientos de política y programa nacional de pago por servicios ambientales para la construcción de paz. [pdf] Disponible en: https://colaboracion.dnp.gov.co/CDT/Conpes/Econ%C3%B3micos/3886.pdf [Accedido 18 enero de 2018].

[8] Presidencia de Colombia. 2017. Decreto 870 de 2017. [pdf] Disponible en: http://es.presidencia.gov.co/normativa/normativa/DECRETO%20870%20DEL%2025%20DE%20MAYO%20DE%202017.pdf [Accedido 18 enero de 2018]. Rodriguez, G. 2010. La consulta previa con pueblos indígenas y comunidades afrodescendientes en Colombia. Bogotá D.C.

[9] Verdad Abierta. 2018. Rearmados de toda clase amedrantan a los indígenas de Suárez. [online] Disponible en: https://verdadabierta.com/rearmados-de-toda-clase-amedrantan-a-los-indigenas-de-suarez/ [Accedido 21 febrero de 2018].

[10] La Silla Vacía. 2013. El café, la primera semilla de la reelección. Disponible en: http://lasillavacia.com/historia/el-cafe-la-primera-semilla-de-la-reeleccion-41383. [Accedido 02 febrero de 2018].

[11] Presidencia de Colombia. 2015. ¿porqué el Gobierno no reglamenta el capitulo 6 y 7 de la ley 70 de 1993? Eso ayudaria en la solución de la pobreza afro. [online] Disponible en: http://www.urnadecristal.gov.co/pregunta/porqu-gobierno-no-reglamenta-capitulo-6-y-7-de-ley-70-de-1993-eso-ayudaria-en-soluci-n-de [Accedido 11 agosto de 2017].

22 abr., 2018
Posted in community conservation resilience initiative, Supporting Community Conservation